La agricultura digital es un segmento de la industria agrícola en rápida expansión. Utiliza tecnologías avanzadas para mejorar la producción de alimentos, la gestión de invernaderos y las operaciones de la cadena de suministro. McKinsey informa de que aproximadamente el 55% de las grandes explotaciones emplean actualmente sistemas de gestión agrícola, y más del 50% utilizan algún tipo de técnicas de agricultura de precisión.

Andrey Skripchenko, CDO de FMEC Group, comparte con los lectores de 1Ci Blog su visión general del mercado y sus puntos de vista más significativos. FMEC GROUP ofrece un conjunto único de servicios y soluciones para la gestión agrícola, la mecanización y las finanzas y el comercio digitales.


La estrategia de la empresa se centra en facilitar la sostenibilidad a largo plazo mediante el despliegue de soluciones prácticas en las explotaciones y la prestación de apoyo especializado. Mediante la combinación de tecnología punta, big data y algoritmos, las soluciones del equipo pretenden cambiar la forma en que se toman las decisiones agrícolas sobre el terreno.


Panorama del sector agrícola

El sector agrario es amplio y diverso, y comprende numerosos subdominios que varían significativamente en tecnología y procesos de producción. Entre los grandes subdominios figuran, por ejemplo, la ganadería, las explotaciones lecheras y la producción de cultivos. Pero incluso dentro de la producción de cultivos hay numerosos subdominios de segundo y tercer nivel, como los cultivos herbáceos y la horticultura, el cultivo de flores, los huertos y las explotaciones de invernaderos. Cada área específica tiene su propio proceso de producción, que puede diferir significativamente.

Los procesos también varían según el país y la región climática. Por ejemplo, en Europa, los cultivos herbáceos son estacionales; los cultivos no se recogen en invierno, se puede cosechar una sola cosecha durante el periodo verano-otoño. Sin embargo, si se va un poco más al sur, se puede cosechar dos veces en una misma temporada. Por tanto, la estacionalidad influye en la forma en que las empresas gestionan sus operaciones en estas zonas climáticas, dando lugar al concepto de «año agrícola», un periodo durante el cual las empresas evalúan su producción y eficiencia operativa, distinto de los años naturales y fiscales.

Más cerca del Ecuador, la estacionalidad desaparece. Los agricultores cultivan durante todo el año, con una rotación de cultivos que no está ligada a las estaciones. El año pasado visité Kenia con motivo de un evento de preventa, donde un representante de la empresa me explicó que planifican sus rotaciones en los campos de forma escalonada, recolectando dos o tres cosechas al año. Esto es típico sobre todo con las hortalizas y los productos frescos.

Además, el tipo de cultivos afecta al ciclo de producción. Por ejemplo, en los cultivos herbáceos, los cereales implican plantar una vez y cosechar otra. Se trata de un ciclo sencillo en el que la planta se retira del campo y el grano se recoge de una sola vez. En cambio, las hortalizas como los pepinos o los tomates se cosechan varias veces, mientras la planta permanece en el campo. Los cultivos perennes implican la fase de establecimiento del cultivo seguida de múltiples ciclos de cultivo-cosecha. Los huertos requieren la capitalización de los costes de cultivo de los árboles.


Estos escenarios requieren la consideración de modelos de contabilidad de costes, como el proceso de conversión de material agrícola en producto. El cultivo debe presentarse como un componente del producto liberado, como un producto semiacabado en la producción tradicional. Con la posibilidad de presentar los costes tanto por superficie de cultivo como por tonelaje de materia prima producida. Sin embargo, los escenarios de producción en el sector agrícola difieren significativamente de la producción discreta, que incluye líneas de montaje y fabricación de maquinaria.

Estado actual del mercado de ERP agrícolas

Existen soluciones especializadas para el sector, pero no se basan en sistemas de nivel ERP. Los principales proveedores de ERP, como Microsoft, Oracle y SAP, no ofrecen soluciones específicas para este sector. Las grandes empresas que utilizan SAP suelen desarrollar sus propios módulos a medida, mientras que las pequeñas y medianas empresas tienden a confiar en soluciones locales, no ERP, que sólo ofrecen capacidades básicas de gestión de operaciones y carecen de un concepto de implementación integral.

Esta es la situación que observamos actualmente en mercados como el británico, donde existen muchas soluciones de software para la agricultura, pero ninguna alcanza el nivel de un sistema ERP integrado.

En Europa, incluida Inglaterra, donde operamos principalmente, las empresas agrícolas se ven obligadas a utilizar una automatización de parches. Esto significa utilizar entre 5 y 6 sistemas diferentes para diversos procesos: presupuestación en uno, cumplimiento en otro, facturación en un tercero, etcétera. Cuando entramos en el mercado con nuestra solución integrada, despertamos inmediatamente el interés porque no hay alternativa. Esta ventaja resulta especialmente atractiva para los agricultores que han superado esa automatización de retazos y desean una solución unificada e integrada para impulsar sus operaciones.

Esta necesidad de integración no se limita a las pequeñas y medianas empresas, sino que está muy extendida. Las empresas más grandes del sector agrícola no mantienen registros de producción en sistemas ERP porque carecen de soluciones adecuadas. Por tanto, existe una clara oportunidad de ser el primero en abordar esta carencia, aunque existen alternativas. En general, las dificultades del mercado se reducirían sin estos retos constantes.

Además, la agricultura es un sector con estrictos requisitos de conformidad, y el Reino Unido es líder mundial en este sentido, al tener las normas más estrictas impuestas a los agricultores. Los agricultores no pueden simplemente abandonar una solución local en favor de un sistema ERP a menos que ese ERP incluya funciones de cumplimiento que cubran la legislación local. Por ejemplo, el ERP debe ser capaz de validar las aplicaciones de productos fitosanitarios, mantener registros de los nutrientes suministrados con los fertilizantes utilizados, ya que el cumplimiento en estas áreas es fundamental. Por lo tanto, para que las soluciones ERP sean atractivas y eficaces en el sector agrícola, deben garantizar que cumplen estas normas de conformidad.


La demanda de una solución integrada es evidente. Estamos desarrollando nuestro sistema de acuerdo con ciertos principios y basándonos en nuestra experiencia previa, así que no partimos de cero.

Permanezca atento y no se pierda la próxima parte del artículo para saber más sobre los retos de la implementación de ERP en la agricultura.